croquetas caseras

Croquetas caseras: Cómo reconocerlas y prepararlas sin errores

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Ayer estaba en el supermercado, con mi lista de compras en mano y me detuve en la sección de congelados, que me han salvado más de una comida. Entre mis patatas favoritas, estaban las típicas bolsas de “croquetas caseras congeladas”. Pero lo que me llamó la atención no fue el empaque, sino la conversación de una señora al lado mío. “Mira, con esto nos ahorramos prepararlas para la fiesta de tu hermano”, le dijo a su hija, mientras tomaba una bolsa.

Y yo, cotilla por naturaleza, tuve que mirar de reojo la bolsa jajaja. Al instante pensé: “No, señora, no lo haga”. ¿Por qué? Bueno, desde que trabajo en Solo de Croquetas, tengo un sexto sentido para detectar croquetas caseras reales y te aseguro que las croquetas caseras de verdad tienen una pinta muy distinta. Estuve a punto de decirle algo y me contuve, pero eso no queda ahí.

Esa experiencia me hizo reflexionar: si trabajar rodeada de croquetas caseras me ha dado la habilidad de reconocerlas a simple vista, ¿por qué no compartir mis trucos contigo? Y aquí estamos. Presta atención porque te voy a contar cómo identificar croquetas caseras, cómo hacerlas bien en casa, los errores más comunes que debes y mucho más.

Trucos para hacer croquetas caseras

Hacer croquetas caseras es un arte. Puede parecer sencillo, pero lograr la combinación perfecta de crujiente por fuera y cremoso por dentro es todo un reto. Y no, no basta con seguir cualquier receta de Tiktok o Youtube. Vamos con algunos trucos que siempre funcionan:

  1. La bechamel es la clave:

    El corazón de una buena croqueta casera es una bechamel bien hecha. Aquí no hay atajos. Debes cocinar la harina el tiempo suficiente para que no quede ese sabor crudo y añadir la leche poco a poco, removiendo sin parar para que no salgan grumos.
    El truco está en las proporciones:
    – Para unas croquetas cremosas, usa 1 parte de harina por cada 10 de leche.
    – Si las prefieres un poco más densas, reduce la cantidad de leche a 8 partes por cada parte de harina.

  2. El rebozado perfecto:

    El empanado también tiene su ciencia. Te recomiendo hacer un doble rebozado: primero en huevo y luego en pan rallado. Si usas pan rallado grueso (o mejor aún, panko), te aseguras una textura extra crujiente. Tienes todos mis trucos para el rebozado perfecto en este artículo.

  3. El tiempo de reposo:

    Un truco poco conocido es dejar que la masa repose en la nevera al menos 4 horas, o mejor aún, toda la noche. Así se asientan bien los sabores y la masa será más fácil de manejar. Como puedes ver, si quieres hacer unas buenas croquetas caseras necesitarás tiempo y un extra de paciencia.

Errores comunes al hacer croquetas caseras

No te voy a mentir, he visto desastres croqueteros últimamente. Y aunque todos hemos metido la pata alguna vez, lo bueno es aprender de los errores. ¡Toma nota!

  1. Se deshacen al freírlas:

    Este es el clásico. Crees que lo tienes todo bajo control, echas la croqueta en la sartén y… ¡plof! Adiós, croqueta. El error está en la temperatura del aceite. Si está demasiado frío, la croqueta se abre y se desparrama. Deja calentar el aceite antes de freír las croquetas, lo ideal es freír a unos 180°C, y asegurarte de que el aceite cubra completamente la croqueta.

  2. Quedan aceitosas:

    Otro pecado muy común. Si tus croquetas parecen esponjas llenas de aceite, es porque el rebozado no estaba bien hecho o el aceite no estaba lo suficientemente caliente. Recuerda: el empanado debe ser generoso y crujiente, y el aceite tiene que estar a la temperatura adecuada para sellar la croqueta perfectamente.

  3. La bechamel está demasiado líquida:

    Como te he dicho antes, la proporción de harina y leche es muy importante. Si la bechamel te queda demasiado líquida, la masa será imposible de manejar. Queremos que las croquetas sean cremosas pero, a nadie le gusta una croqueta que parece una sopa. El truco está en ir probando y encontrar las cantidades exactas para unas croquetas cremosas como las de Solo de Croquetas.

Cómo congelar y freír croquetas caseras sin perder calidad

Una vez que has preparado una tanda generosa de croquetas, seguro que no te las vas a comer todas de una sentada (o si). Apunta estos trucos para congelarlas correctamente:

  1. Evita apilar las croquetas:
    Cuando tengas tus croquetas formadas y rebozadas, colócalas en una bandeja y mételas en el congelador tal cual, sin apilar. Deja que se congelen por completo durante unas horas. Luego, las puedes meter en una bolsa o un tupper cuidando que no se peguen entre sí. De esta forma, mantendrán su forma perfecta.
  2. Cómo recalentar correctamente:
    El truco para que tus croquetas congeladas queden como recién hechas es NO descongelarlas antes de freírlas. Sácalas directamente del congelador y fríelas en aceite bien caliente. Si las descongelas antes, el rebozado se empapará y adiós al crocante perfecto.

Tipos de rellenos para croquetas caseras

Lo mejor de las croquetas caseras es que las puedes rellenar de prácticamente lo que se te ocurra. Como decimos en Solo de Croquetas “todo puede ser croqueta”, por eso tenemos más de 30 sabores, desde las más clásicas hasta las más innovadoras. Si estás en casa y no sabes por dónde empezar, aquí tienes algunas ideas:

  1. Las clásicas de toda la vida:
    Jamón, pollo, bacalao… son los rellenos de croquetas más tradicionales y nunca fallan. Son esos sabores que te llevan a la infancia, a la cocina de la abuela. Tienes todos mis secretos de esas recetas en artículos anteriores del blog.
  2. Las más innovadoras:
    ¿Quieres algo fuera de lo común? Prueba con croquetas de setas y queso azul, de marisco (langostinos, por ejemplo), o incluso de espinacas y queso parmesano, no hay límites para la creatividad. En Solo de Croquetas algunas de las favoritas son las de rabo de toro, chipirones en su tinta, cocido madrileño, pizza y rulo de cabra, aunque todas están para chuparse los dedos.
  3. Dulces:
    Sí, has leído bien. Las croquetas también pueden ser dulces, como nuestras croquetas de cheesecake con frambuesa, oreo, brownie, crema catalana y la lista sigue… Si quieres preparar croquetas dulces en casa, puedes experimentar con una croqueta de chocolate, de turróno de tu postre favorito. Son perfectas para sorprender a tus invitados.

Cómo reconocer croquetas caseras a donde vayas

Ahora vamos con lo que más te interesa: ¿cómo saber si una croqueta es casera de verdad o te están mintiendo en la cara? Porque claro, todos los restaurantes juran que sus croquetas son “caseras”, pero hay algunas señales que te pueden dar pistas.

  1. El tamaño importa:
    Las croquetas caseras suelen tener tamaños irregulares. No todas son exactamente iguales, porque las ha hecho una persona, no una máquina. Si ves croquetas perfectamente redondas o idénticas entre sí, empieza a desconfiar.
  2. La textura del rebozado:
    Como te decía antes, el empanado debe ser crujiente. Si al morder la croqueta el rebozado está blandito o parece una corteza de cartón, probablemente no sea casera.
  3. Sin aditivos o conservantes:
    Una croqueta casera siempre tiene un sabor más fresco y natural. Si al morderla notas un regusto raro, metálico o artificial, es una señal clara de que ha sido procesada y probablemente lleve conservantes. Las caseras saben a comida real, sin añadidos raros.
  4. Presta atención al sabor:
    Aquí entra la intuición. Las croquetas caseras tienen un sabor más auténtico. La bechamel es más cremosa, los ingredientes se sienten frescos y no hay ese regusto a “procesado” que dejan algunas croquetas industriales. Si la croqueta tiene un sabor plano o te deja una sensación grasa en la boca, lamento decirte que no es casera, amig@.
  5. El relleno es visible y tiene textura:
    Las croquetas caseras tienen trozos de ingredientes visibles que te dejan disfrutar de los sabores y las texturas de cada ingrediente. Por ejemplo, si es de jamón, verás pequeños trocitos en lugar de un puré homogéneo. Las croquetas industriales suelen tener un relleno más procesado, como una pasta.

Gastronomía española: un viaje de sabores

Si no estás muy familiarizad@ con la gastronomía española, las croquetas pueden ser un excelente punto de partida. Sobre todo si hablamos de las croquetas de Solo de Croquetas, con un sabor por cada comunidad autónoma de España, puedes tener un viaje por sitio con su comida típica en forma de croqueta. ¡Una experiencia imperdible!

En España, cada región tiene su propia especialidad. Desde el cachopo de Asturias, hasta la paella valenciana y, por supuesto, las tapas que encuentras en cualquier rincón del país. Pero lo que hace especial a la gastronomía española es el amor por los ingredientes frescos y la tradición.

Así que, la próxima vez que tengas croquetas enfrente, ¡sabrás cómo reconocer si son caseras de verdad! Y si te animas a hacerlas en casa, sigue estos consejos para que te salgan perfectas. Porque créeme, no hay nada como una buena croqueta casera para conquistar corazones… y estómagos.

¡Hasta la siguiente aventura croquetera!

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CARMEN NO ESTÁ

No me había presentado todavía, pero aprovecho que Carmen no está para contarte como llegué aquí. Sigue leyendo porque es una historia guay.

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