Cómo hacer croquetas sin gluten: Receta, tips y más

“Todos merecemos comer unas buenas croquetas sin preocuparnos por nada.” Eso fue lo que pensamos cuando en Solo de Croquetas decidimos que todas nuestras croquetas serían sin gluten y empezamos la aventura para descubrir cómo hacer croquetas sin gluten de otro nivel.

Porque, seamos sinceros, ¿qué gracia tiene disfrutar de unas croquetas si antes tienes que sacar la lupa para leer la letra pequeña de los ingredientes o convertirte en detective privado preguntando en cada sitio si te van a sentar bien? No no, aquí venimos a disfrutar, no a estresarnos.

Y como sé que no todos pueden pasarse por nuestros restaurantes (aunque, sinceramente, deberían 😉), hoy quiero compartirte todo lo que he aprendido del mundo de las croquetas sin gluten. Por cierto, no voy a revelar nuestra receta secreta—esa está guardada bajo muchas llaves y Javi no me deja compartirla—pero sí te daré una receta básica, algunos trucos y muchas ideas de como hacer croquetas sin gluten que te sorprenderán. ¡Toma nota!

Tipos de harina para hacer croquetas sin gluten

Si alguna vez pensaste que hacer croquetas sin harina de trigo era misión imposible, prepárate para esta gran revelación. La creatividad en la cocina es infinita, y aquí van cinco harinas sin gluten que transformarán tus croquetas:

Harina de arroz
La favorita de muchos chefs y aficionados. Es suave, ligera y no altera el sabor de la bechamel. Además, deja una textura cremosa que da gusto. Eso sí, ojo con pasarte, que si no se cocina bien puede quedar un poco granulosa. Es como ese amigo que siempre está en todas las reuniones: encantador, pero si se pasa de copas, la cosa cambia.

Harina de maíz
No te confundas con la maicena, aunque también es útil (y de eso hablaremos más adelante). Esta harina aporta un sabor más rústico y un toque doradito al rebozado. Ideal si quieres croquetas con más cuerpo, esas que dicen: “¡Aquí estoy!”

Harina de garbanzo
Sí, has leído bien. La harina de garbanzo no solo sirve para hacer tortillas veganas o falafel. Es un espesante natural y le da un saborcito único a la masa. Eso sí, úsala con moderación si no quieres que tus croquetas sepan a hummus disfrazado jajaja.

Harina de almendra
Perfecta para darle un toque gourmet a tus croquetas. La harina de almendra es rica, suave y aporta una textura cremosa. Eso sí, es más cara, pero oye, de vez en cuando hay que darse un capricho. Porque, como dicen, la vida es corta: cómete la croqueta (o muchasss).

Harina de tapioca
Un truco de la abuela… bueno, de las abuelas brasileñas. La harina de tapioca es ideal para dar elasticidad a la masa, lo que ayuda a que las croquetas no se desmoronen al freírlas. Es como el pegamento secreto de la cocina sin gluten.

El primer paso para aprender como hacer croquetas sin gluten está resuelto, elige la harina que prefieras para reemplazar la harina de trigo. Incluso puedes combinar varios tipos de harina.

Opciones para darle consistencia a la masa

La clave de una buena croqueta no solo está en el sabor, sino en la consistencia. ¿Quién quiere una croqueta que se deshace antes de llegar a la boca? Nadie. Aquí te dejo algunas ideas para que tu masa quede perfecta:

Fécula de maíz (Maicena)
Un clásico que nunca falla. Espesa la bechamel y le da esa textura suave pero firme que buscamos. Es como el abuelo que siempre sabe cómo arreglar las cosas.

Psyllium husk
Puede sonar raro, pero este ingrediente es mágico para las masas sin gluten. Ayuda a ligar todo sin cambiar el sabor. Pruébalo y verás por qué se ha ganado un lugar en las cocinas modernas.

Harina de arroz glutinoso
No, no tiene gluten. El “glutinoso” viene de la textura pegajosa que aporta, ideal para mantener la masa unida. Es como el amigo pegajoso que, en este caso, realmente necesitas.

Purés de verduras
¿Quién dijo que las croquetas solo llevan bechamel? Un puré de patata, calabaza o boniato puede ser la base perfecta y darle un toque diferente. Además, ¡es una excelente forma de colar más verduras en la dieta!

Queso cremoso
Añadir un poco de queso tipo mascarpone o ricotta puede darle una textura increíblemente suave y cremosa a la masa. Y, seamos sinceros, ¿cuándo ha fallado el queso en hacer algo más delicioso?

Huevos extra
Si ves que la masa está un poco suelta, añadir un huevo más puede ayudarte a darle esa consistencia ideal. Porque a veces, el huevo es el superhéroe que no sabías que necesitabas

Rebozado para croquetas sin gluten: 3 formas de hacerlo crujiente

Porque unas croquetas sin rebozado crujiente no son croquetas, aquí van tres formas de lograr ese exterior doradito y delicioso:

Pan rallado sin gluten
Hoy en día es fácil encontrarlo en cualquier supermercado. El truco está en elegir uno de buena calidad que no se queme rápido al freír. No hay nada peor que una croqueta con sabor a “quemadito”.

Copos de maíz (tipo Corn Flakes)
Tritúralos un poco (¡sin pasarte!) y tendrás un rebozado supercrujiente y original. Solo asegúrate de que sean sin azúcar y, por supuesto, sin gluten. Porque las croquetas dulces las dejamos para otro experimento jajaja que por cierto, tienes algunas recetas de croquetas dulces en nuestro blog. ¡Son increíbles!

Harina de garbanzo y sésamo
Mezcla harina de garbanzo con semillas de sésamo tostado para un rebozado diferente y con mucho sabor. Es como darle un toque exótico a un clásico.

Trucos para la textura perfecta

Hacer croquetas sin gluten puede ser un desafío, pero con estos trucos no tendrás problemas:

  1. Maneja la masa con cariño
    La masa sin gluten puede ser más delicada, así que trátala como si fuera un tesoro frágil.

  2. Déjala reposar en la nevera
    Al menos un par de horas, o mejor aún, toda la noche. Esto ayuda a que coja cuerpo. Como el buen vino, necesita tiempo.

  3. Usa una manga pastelera
    Sí, como lo oyes. Rellenar la manga con la masa facilita hacer croquetas del mismo tamaño sin destrozarlas.

  4. Congela ligeramente antes de freír
    Si ves que están muy blanditas, mételas 15 minutos al congelador antes de freírlas. No más, o terminarás con cubitos de croqueta.

  5. Cuidado con el aceite
    El aceite debe estar bien caliente (180°C), pero no tanto como para que exploten. No queremos fuegos artificiales en la cocina.

  6. No sobrecargues la sartén
    Freír muchas a la vez baja la temperatura del aceite y arruina la textura. Mejor de a poquitos y con paciencia.

Ingredientes sin gluten para rellenar tus croquetas

Porque el relleno es el alma de la croqueta, aquí van diez ideas deliciosas para hacer croquetas sin gluten de varios sabores. Cada uno de estos ingredientes no solo añade sabor, sino también textura y personalidad a tus croquetas.

  1. Jamón serrano – El clásico que nunca falla. Este ingrediente aporta un sabor intenso y salado que se mezcla perfectamente con la suavidad de la bechamel. Puedes usar jamón en taquitos pequeños o desmenuzado, asegurándote de que cada bocado tenga ese toque inconfundible del mejor embutido español.

  2. Pollo asado – Perfecto para aprovechar las sobras del domingo. El pollo asado desmenuzado da una textura jugosa y un sabor reconfortante. Puedes añadir un poco de caldo de pollo para potenciar aún más el sabor o mezclar con un toque de especias como pimentón ahumado para un giro extra.

  3. Setas y trufa – Para un toque gourmet. Las setas aportan una textura carnosa y la trufa, ese aroma terroso y gourmet que transforma cualquier plato en una experiencia de alta gama. Ideal para impresionar en cenas especiales.

  4. Bacalao – Ideal para los amantes del mar. El bacalao desmenuzado combina de maravilla con una bechamel ligera, creando una croqueta suave pero llena de sabor. Añadir un poco de perejil fresco y ajo puede realzar aún más su perfil marino.

  5. Espinacas y piñones – Un combo vegetal delicioso. Las espinacas salteadas aportan frescura, mientras que los piñones, ligeramente tostados, añaden un crujido inesperado y un sabor a nuez que contrasta maravillosamente con la suavidad de la bechamel.

  6. Queso de cabra – Potente y lleno de sabor. Para los amantes de los sabores intensos, el queso de cabra es la elección perfecta. Su sabor fuerte y ligeramente picante se suaviza al integrarse en la masa, creando una croqueta muy cremosa.

  7. Chorizo picante – Para los que buscan un toque de fuego. El chorizo picante aporta un sabor ahumado y especiado que hace que cada bocado sea una explosión de sabor. Perfecto para quienes disfrutan de un poco de picante en sus platos.

  8. Morcilla sin gluten –  Acompáñala con un toque de manzana caramelizada para un contraste dulce-salado irresistible.

Con estas ideas, tienes muchas opciones para experimentar y crear croquetas que sorprendan y deleiten a todos. Ya sea que prefieras los sabores tradicionales o te aventures con combinaciones más atrevidas, ¡el límite está en tu imaginación!

Advertencias al freír para que no exploten en la sartén

Freír croquetas sin gluten tiene su ciencia. Aquí te dejo cinco errores comunes y cómo evitarlos:

  1. Aceite a temperatura baja
    Si el aceite no está lo suficientemente caliente, las croquetas absorben aceite y se rompen.

  2. Freír demasiadas a la vez
    Esto baja la temperatura del aceite y hace que se deshagan.

  3. Rebozado insuficiente
    Si no las empanas bien, el relleno se escapará al freírlas.

  4. No dejarlas reposar antes de freír
    Saltarse este paso es garantía de desastre.

  5. Usar aceite reutilizado muchas veces
    El aceite viejo cambia el sabor y la textura.

 

Receta básica de croquetas sin gluten paso a paso

Aquí te va una receta básica para que empieces a hacer croquetas sin gluten, pero recuerda, nuestros secretos están a salvo. 

Ingredientes:
  • 500 ml de leche (puedes usar sin lactosa)

  • 100 g de harina de arroz (o la que prefieras)

  • 50 g de mantequilla

  • 150 g de jamón serrano picado

  • Sal, pimienta y nuez moscada al gusto

  • 2 huevos

  • Pan rallado sin gluten

  • Aceite para freír

Preparación:
  1. Preparar la base de la bechamel: Derrite la mantequilla en una sartén grande a fuego medio. Asegúrate de que la mantequilla no se queme; debe quedar con un tono dorado suave. Una vez derretida, añade la harina de arroz poco a poco mientras remueves constantemente con una cuchara de madera o una varilla para evitar que se formen grumos. Cocina la mezcla durante unos 2-3 minutos hasta que adquiera un color ligeramente dorado y una textura suave.

  2. Incorporar la leche: Sin dejar de remover, agrega la leche poco a poco, en hilos finos, para evitar la formación de grumos. Es importante no apresurarse en este paso; la paciencia es clave para una bechamel suave. Cocina la mezcla a fuego medio-bajo, removiendo constantemente, hasta que comience a espesar. Este proceso puede tardar entre 10 y 15 minutos.

  3. Ajustar el sabor: Una vez que la mezcla haya espesado y tenga una textura cremosa, agrega el jamón serrano picado. Asegúrate de que el jamón esté bien distribuido en la mezcla. Sazona con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada al gusto. Recuerda que el jamón ya es salado, así que ajusta la sal con cuidado.

  4. Enfriar la masa: Vierte la mezcla en una bandeja o recipiente plano y cubre con film transparente, asegurándote de que el plástico toque la superficie de la masa para evitar que se forme una costra. Deja enfriar a temperatura ambiente durante unos 30 minutos y luego refrigera por al menos 2 horas. Si tienes tiempo, dejar la masa reposar toda la noche mejora la consistencia.

  5. Formar las croquetas: Con la masa fría y más firme, usa tus manos o una cuchara para formar las croquetas en la forma y tamaño que prefieras. Si la masa está muy pegajosa, puedes humedecer ligeramente tus manos con agua.

  6. Rebozar: Bate los huevos en un recipiente y coloca el pan rallado sin gluten en otro. Pasa cada croqueta primero por el huevo batido y luego por el pan rallado, asegurándote de que estén bien cubiertas. Si quieres un rebozado extra crujiente, puedes repetir este paso (doble rebozado).

  7. Freír: Calienta abundante aceite en una sartén profunda a unos 180°C. Para comprobar si el aceite está listo, puedes echar un pequeño trozo de pan: si burbujea y se dora rápidamente, el aceite está en su punto. Fríe las croquetas en pequeños lotes para evitar que la temperatura del aceite baje demasiado. Cocina hasta que estén doradas y crujientes, lo que debería tomar unos 2-3 minutos por cada lado.

  8. Escurrir y servir: Retira las croquetas del aceite con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Déjalas reposar unos minutos antes de servir para que no quemen al primer bocado.

Aperitivos sin gluten para acompañar tus croquetas

Porque una croqueta se disfruta mejor en compañía, aquí te van algunas ideas de aperitivos sin gluten para completar la fiesta.

  1. Tortilla de patatas – El clásico español que nunca falla. Hecha con huevos, patatas y cebolla. Ideal para cortar en cuadraditos y servir como tapa junto a tus croquetas.

  2. Patatas bravas – Con una buena salsa picante, ¡irresistibles! Las patatas, cortadas en cubos y fritas hasta quedar crujientes, se bañan en una salsa brava a base de tomate, pimentón y un toque de guindilla. Un contraste perfecto con la cremosidad de las croquetas.

  3. Ensaladilla rusa sin gluten – Esta mezcla de patatas, zanahorias, guisantes y atún, mezclada con mayonesa sin gluten, es el acompañamiento fresco y suave que equilibra los sabores más intensos.

  4. Gambas al ajillo – Perfectas para los amantes del marisco. Cocinadas en aceite de oliva con ajo y un toque de guindilla, las gambas al ajillo aportan un sabor intenso y un aroma irresistible que combina a la perfección con cualquier variedad de croqueta.

  5. Tabla de embutidos sin gluten – Jamón, chorizo, lomo… ¡a lo grande! Elige embutidos certificados sin gluten y acompáñalos con picos de pan sin gluten o unas rodajas de pan rústico. Un clásico que nunca falla en cualquier reunión.

  6. Aceitunas aliñadas – Un picoteo sencillo pero sabroso. Las aceitunas verdes o negras, marinadas con hierbas, ajo y un chorrito de aceite de oliva, son el bocado perfecto para limpiar el paladar entre croqueta y croqueta.

  7. Hummus con crudités – Para darle un toque más saludable. El hummus cremoso, hecho a base de garbanzos, tahini, limón y ajo, es perfecto para untar o acompañar con bastones de zanahoria, apio y pepino.

  8. Pimientos de padrón – Unos pican y otros no… ¡sorpresa! Salteados en aceite de oliva y espolvoreados con sal gruesa, estos pequeños pimientos verdes son un clásico de las tapas. Su sabor suave y ocasional toque picante aportan un contraste divertido.

  9. Chistorra a la sidra – Ideal para los más golosos. Este embutido jugoso, cocinado lentamente en sidra natural, se carameliza ligeramente, aportando un sabor dulce y salado que combina de maravilla con la textura crujiente de las croquetas.

Con estos aperitivos, no solo acompañarás tus croquetas sin gluten, sino que tendrás una experiencia completa, digna de cualquier celebración. ¡A disfrutar!

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