Porque si existe la tarta de turrón, el helado de roscón y el licor de polvorón…
¿cómo no iba a existir la croqueta dulce de
La Navidad no es solo comer: es montar el espectáculo. Y si las croquetas van a ser protagonistas, no basta con sacarlas en un plato cualquiera.
Hay cosas que en Navidad funcionan sí o sí: el turrón, las luces, los regalos que nadie pidió pero todos celebran…
y las croquetas.
En Navidad puedes poner foie, gambones, minitostas o lo que quieras. Pero cuando sacas una bandeja de croquetas calentitas… la mesa se convierte en un festival
Cómo crear tu sabor icónico, ese que te distingue, que tiene personalidad y que cuenta una historia. ¿Podría convertirse en leyenda croquetera?
Hay planes buenos, planes muy buenos… y luego está organizar una cata de croquetas con amigos.
Hay 2 tipos de personas en el mundo: los que comen las croquetas “a pelo” ¡y los que viven por y para el dipping!
Hay un lenguaje universal que une a la gente: el amor por las croquetas.
Si pensabas que las croquetas solo podían llevar pan rallado… prepárate para abrir tu mente (y tu apetito).
Hoy te demuestro que ser sostenible con las croquetas también puede saber a gloria.
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