Comidas para niños que no comen verduras: ¡Croquetas y más!
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¿Sabes que existen comidas para niños tan molonas que hasta ellos se olvidarán de que están tomando verduras? Mi prima pequeña tiene seis años (quien los pillara). Es una niña llena de energía, pero cabezona como ella sola. Y no hay manera de que coma verduras. O, más bien, no había.
Yo soy fiel defensora de la buena alimentación, sobre todo en niños, así que me propuse una misión: Encontrar la forma de que le encantaran verduras, sin darse cuenta de que estaba comiéndoselas. De esa manera, al final podría decirle: “¿Qué? ¿Te ha gustado esto? Pues eran verduras. ¡Já!”. A veces yo también me comporto como si tuviera 6 años, lo sé. Jajajaja.
No fue tarea fácil, pero aprendí muchos trucos durante el proceso que, ahora, me dispongo a compartir contigo.. ¡Toma nota!
Comidas para niños: Todo entra por los ojos
A los niños hay que cautivarlos por la vista. Si su comida no llama la atención o es divertida, es probable que pases horas intentando que la prueben. Curiosidad: ¿Por qué crees que les llama tanto la atención una jarra de cerveza y normalmente intentan convencerte para que les dejes probar? Porque ellos ven una bebida amarilla con espumita. ¡Fantasía!
Sabiendo esto, me puse manos a la obra para crear comidas atractivas que llamen su atención y disimulen la presencia de verduras.
Diversidad de texturas:
Los niños son más sensibles a las texturas de lo que solemos pensar. Si todo en el plato tiene la misma textura, es probable que se aburran. Así que, ¿por qué no mezclar algo crujiente con algo suave?
Las croquetas son el ejemplo perfecto. Por fuera tienen ese toque crujiente que a todos nos encanta y, por dentro, son cremosas y suaves. Pero aquí viene lo mejor: puedes incluir muchas verduras trituradas dentro de las croquetas. Zanahorias, calabacín, espinacas… Todo vale si lo mezclas bien y consigues que la textura sea lo suficientemente cremosa.
Imagina unas croquetas de espinacas, bien de nutrientes y muy ricas. ¿Cómo no van a apetecerles? Más adelante entraremos en detalles sobre las croquetas, pero si ya estás pensando en cómo prepararlas, en este artículo tienes mis mejores secretos para unas croquetas de espinaca irresistibles.
Presentación divertida y atractiva en las comidas para niños
Como he dicho antes, la presentación es muy importante. La comida tiene que verse divertida, colorida y, sobre todo, apetecible.
Una buena idea es utilizar formas divertidas.¿Quién dijo que las verduras solo pueden tener una forma? Y hablando de croquetas, ¿quién dijo que solo deben ser redondas u ovaladas? Puedes hacer croquetas en forma de estrella, corazón o incluso dinosaurios.
Los moldes de cocina son tus mejores amigos para esto, puedes transformar cualquier comida en algo divertido y que los niños disfrutarán. Además, puedes probar a jugar con los colores de los alimentos y combinarlos en el plato.
Las croquetas, por ejemplo, pueden ser de diferentes colores dependiendo de las verduras que utilices.
Croquetas verdes:
Añadiendo espinacas o guisantes triturados.
Croquetas rosadas:
Con remolacha, como la croqueta de hummus de remolacha de Solo de Croquetas.
Croquetas naranjas:
Con zanahorias o calabaza.
El emplatado es fundamental. Haz que las comidas se vean como pequeñas obras de arte. Por ejemplo, puedes colocar las croquetas en un “escenario” con puré de patatas y alguna salsa de tomate para simular un paisaje o crear divertidas presentaciones con frutas y verduras. Te divertirás mucho montando esos platos y los niños adorarán comer algo que parece salido de un cuento. ¡Todos ganáis!
Camuflaje de verduras en platos clásicos
Ahora bien, uno de los trucos más efectivos es el camuflaje. Si los niños ven un trozo de brócoli o espinaca, entrarán en modo pánico y, automáticamente, dirán: “No quiero”. Pero, ¿qué pasa si esas verduras están trituradas y camufladas?
Uno de los mejores platos para hacer esto, como te decía, son las croquetas. El truco es triturar las verduras finamente y mezclarlas con la bechamel o el relleno de las croquetas. Por ejemplo:
Croquetas de calabacín:
Tritúralo y mézclalo con la bechamel. Su sabor es suave y agradable, como la croqueta de zarangollo murciano de Solo de Croquetas.
Croquetas de espinacas y queso:
Las espinacas trituradas pueden mezclarse fácilmente con todo tipo de queso, que además ayudará a suavizar el sabor. ¡Un combo ganador!
La clave es encontrar el equilibrio: que la cantidad de verdura sea suficiente para aportar beneficios, pero no tanta como para que su sabor predomine. Con estas croquetas, puedes convertir una comida normal en algo guay, sin que los niños se den cuenta de lo que están comiendo.
Ideas de comidas para niños con verduras escondidas
Aquí van algunas otras ideas de comidas con verduras escondidas:
- Macarrones con queso y coliflor: Un clásico de la comida infantil, pero con un toque saludable. Tritura coliflor cocida y mézclala con la salsa de queso. Los niños no lo notarán, pero estarán comiendo verdura.
- Hamburguesas de pollo y espinacas: Añade espinacas picadas finamente a las hamburguesas de pollo. Las hamburguesas seguirán siendo jugosas y deliciosas, pero mucho más nutritivas.
- Pizza con base de coliflor: Aunque suene raro, la base de coliflor triturada es sorprendentemente rica. Además, puedes añadir verduras como pimientos o champiñones de forma disimulada.
- Galletas de avena con calabaza o zanahoria:
Añade puré de calabaza o zanahoria rallada a la masa de galletas de avena para un snack dulce y saludable. - Lasaña con berenjena y calabacín:
Mezcla capas de berenjena y calabacín en la lasaña, entre las salsas de carne y queso. Los niños apenas notarán las verduras. - Nuggets de pollo con brócoli:
Mezcla brócoli triturado en la masa de los nuggets caseros para darles un toque extra de verdura sin cambiar el sabor. - Tortilla de patatas con espinacas
Mezcla espinacas finamente picadas dentro de la clásica tortilla de patatas. ¡El sabor y la textura no se verán afectados!
Irresistible, ¿no? Lo mejor es que no sólo los niños pueden disfrutar estas comidas, sino toda la familia.
Haz un Reto Divertido o Juego en la hora de la Comida
Si quieres ponerte más creativ@, algo que funciona muy bien es convertir la hora de la comida en un juego. Los niños adoran los desafíos y, si consigues que quieran probar nuevos alimentos a cambio de una recompensa, todo será más fluido.
Una idea es proponerles un reto: por cada croqueta de verdura que se coman, ganarán puntos. Estos puntos pueden canjearse por algo que ellos quieran, como tiempo extra para jugar con sus amigos o elegir la película de por la noche. Así, la comida no se verá como una obligación, sino como una oportunidad de ganar algo divertido.
Puedes incluso jugar a las “croquetas secretas” o “galletas misteriosas”. Haz varias croquetas con rellenos diferentes o galletas con distintas verduras y desafía a los niños a adivinar cuál es la verdura oculta en cada una.
Convierte las comidas para niños en una fiesta
Como ya sabes, generalmente, los niños son muy visuales. Esto también aplica a la comida. Si el plato que les sirves es monótono y sin vida, lo más probable es que lo rechacen. Pero si les ofreces una comida llena de colores vivos y texturas variadas, lo verán como algo emocionante y estarán más dispuestos a probarlo.
Cuando terminó el fin de semana, mi prima no solo había comido muchas verduras, ¡sino que las disfrutó! Los trucos funcionan, y lo mejor es que lo puedes hacer con ingredientes que ya tienes en casa.
¡Hasta la siguiente aventura croquetera!