Croqueta española: Todo sobre la reina de las tapas

Tabla de contenidos

Una vez alguien me dijo que la auténtica croqueta española es la de jamón ibérico. Y oye, no pienso discutirlo… Pero, ¿de verdad podemos cerrarnos solo a un sabor cuando hay un universo croquetero allá afuera? Sería como decir que solo existe un tipo de pizza o que los churros solo se comen con azúcar. ¡Locura!

La croqueta ha evolucionado tanto que en Solo de Croquetas tenemos un sabor por cada comunidad autónoma de España. Y no, no es broma. Imagínate: una croqueta de sobrasada para representar Baleares, una de cocido madrileño para Madrid, una de cachopo Asturiano… ¡Es como hacer un tour por España sin salir de casa!

El origen de la croqueta española: Un viaje en el tiempo

Aunque muchos creen que la croqueta es 100% española, en realidad su historia empieza en Francia (sí, nuestros vecinos también saben hacer estas tapas). Se dice que el chef Antonin Carême, allá por 1817, preparó un plato llamado croquettes à la royale para una cena en la corte de Luis XVIII.

El nombre “croqueta” viene del francés croquer, que significa “crujir”, y tiene todo el sentido del mundo porque una croqueta bien hecha tiene que hacer ese sonido del crocante al morderla. Pero, ¿cómo pasó de la realeza francesa a las tabernas españolas?

Aquí es donde entra en juego nuestra habilidad para aprovechar las sobras. La croqueta se convirtió en la estrella de la cocina de aprovechamiento: un poco de jamón que quedó del cocido, unas espinacas del día anterior, bacalao que había que comer… Todo bien mezclado con una bechamel, empanado y a freír. Y así nació la croqueta española, un invento humilde que con el tiempo se convirtió en un clásico.

 

¿Es la croqueta la verdadera reina de las tapas?

Si pensamos en la gastronomía española, las tapas ocupan un lugar privilegiado en nuestra cultura. Desde la tortilla de patatas hasta las bravas, pasando por los boquerones en vinagre, hay una infinidad de opciones para picar y compartir. Sin embargo, hay una tapa que sobresale por encima de todas: la croqueta española. Pero, ¿qué la hace tan especial? ¿Es realmente la indiscutible reina de las tapas?

Basta con observar cualquier mesa de bar: si hay croquetas y jamón ibérico, ¿qué desaparece primero? Lo siento, jamón, pero hay cosas que ni tu glamour puede evitar. Las croquetas son el verdadero imán de las comandas, la tapa que une a todos.

  1. Es democrática: No distingue entre edades, géneros o clases sociales. Tanto niños como adultos disfrutan de su textura crujiente por fuera y su cremosidad por dentro. Es el aperitivo intergeneracional definitivo.
  2. Es versátil: Su receta permite muchas variaciones. Desde las clásicas de jamón hasta versiones más innovadoras con trufa o gambas al ajillo. No importa cuál sea tu gusto, seguro hay una croqueta perfecta para ti.
  3. Es accesible: No hace falta ser millonario para disfrutar de una buena croqueta. Es una de las tapas más económicas y fáciles de encontrar en cualquier bar o restaurante.
  4. Evoca nostalgia: Su sabor nos transporta a la infancia, a la cocina de la abuela o al plato de aperitivo en reuniones familiares. La croqueta sabe a hogar y a momentos felices.
  5. Nunca sobran: Puedes hacer una bandeja con 30 croquetas o con 300. Siempre, sin excepción, desaparecerán en cuestión de minutos. ¿Cuántas veces has visto una croqueta olvidada en un plato? Exacto, nunca.

Todo esto nos lleva a una conclusión inevitable: la croqueta no es solo una tapa, es un fenómeno cultural y sin lugar a dudas, la auténtica reina de las tapas.

7 sabores representativos de españa

España es un país con una diversidad gastronómica impresionante, y cada región tiene su sello distintivo en la cocina. En Solo de Croquetas hemos querido rendir homenaje a la buena comida con una croqueta que represente a cada comunidad autónoma.

Más que simples tapas, estas croquetas son cápsulas de historia, cultura y tradición. Estos son algunos de los sabores más icónicos que transportan la esencia de sus respectivas regiones.

  • Madrid – Croqueta de cocido madrileño.

    El cocido madrileño es un plato contundente, símbolo de la capital, compuesto por garbanzos, carne, chorizo y morcilla. Convertir esta maravilla en croqueta ha sido todo un reto, pero el resultado es espectacular: una bechamel con todo el sabor del caldo del cocido y trocitos de sus ingredientes más representativos, todo en un crujiente rebozado. 

  • Andalucía – Croqueta de rabo de toro.

    El rabo de toro es un plato con raíces profundas en la tradición andaluza, especialmente en ciudades como Córdoba y Sevilla. Su carne melosa, cocinada lentamente en un guiso de vino y especias, se convierte en una croqueta de sabor intenso y textura suave. Cada croqueta de rabo de toro es un viaje a las tabernas andaluzas, donde la buena comida y la alegría siempre van de la mano.

  • Asturias – Croqueta de cachopo asturiano.

    El cachopo es uno de los platos más icónicos de Asturias: dos filetes de ternera rellenos de jamón y queso, empanados y fritos hasta alcanzar la perfección. La versión en croqueta de este manjar mantiene toda su esencia: una mezcla cremosa de carne y queso con el sabor ahumado del jamón, envuelta en una capa dorada y crujiente. Contundente, como manda la tradición asturiana.

  • Murcia – Croqueta de zarangollo murciano.

    Murcia es sinónimo de productos frescos y recetas sencillas pero llenas de sabor. El zarangollo es una de sus especialidades más queridas, un revuelto de calabacín, cebolla y huevo que ahora toma forma de croqueta. Su suavidad y dulzura natural, potenciadas por la bechamel, hacen que esta croqueta sea toda una sorpresa. Ideal para quienes buscan opciones vegetarianas sin renunciar a la intensidad del sabor.

  • Castilla y León – Croqueta de cecina.

    En una tierra donde el frío manda, los embutidos curados son protagonistas. La cecina, carne de vacuno curada con un sabor profundo y ahumado, es una joya gastronómica de Castilla y León. Es la opción perfecta para quienes buscan una croqueta con personalidad y un toque gourmet.

  • País Vasco – Croqueta de chipirones en su tinta.

    El País Vasco es cuna de grandes chefs y de una gastronomía basada en el respeto por la materia prima. Los chipirones en su tinta, con su inconfundible color negro y su sabor marino, encuentran en la croqueta una nueva forma de conquistar paladares. Su mezcla cremosa de calamar guisado y su rebozado crujiente la convierten en una de las croquetas más sofisticadas de esta selección.

  • Baleares – Croqueta de sobrasada.
    Este embutido de cerdo curado con pimentón tiene una textura untuosa y un sabor inconfundible. Convertida en croqueta, se mezcla con una bechamel que resalta su dulzura.

Cada una de estas croquetas es más que un simple aperitivo; es una experiencia que nos transporta a cada rincón de España. Si tuvieras que elegir solo una, ¿con cuál te quedarías?

Variedades de croquetas para experimentar

Si bien la croqueta de jamón es la más famosa, el mundo de la croqueta ha evolucionado hasta alcanzar niveles de creatividad que no imaginarías. No se trata solo de un aperitivo; es un lienzo sobre el que se puede experimentar libremente.

Clásicas e imprescindibles

Estas son las croquetas que nunca fallan. Son el refugio de quien está indeciso y el punto de partida para cualquier amante de esta tapa.

  • Croqueta de jamón ibérico: La reina indiscutible. Su equilibrio entre bechamel cremosa y jamón de calidad es insuperable.
  • Croqueta de bacalao: Un clásico del recetario español, con el inconfundible sabor a mar y la suavidad del pescado en su interior.
  • Croqueta de pollo asado: Aprovecha los restos del pollo para crear una croqueta con un toque casero y reconfortante.
  • Croqueta de espinacas y piñones: Perfecta para quienes buscan una opción vegetariana sin perder el placer de la buena comida.
  • Croqueta de queso manchego: Intensa, con un sabor fuerte y característico para los amantes del queso.
Croquetas gourmet

Para aquellos que buscan un toque más sofisticado, estas croquetas llevan la experiencia a otro nivel con ingredientes premium y combinaciones creativas.

  • Croqueta de trufa y boletus: La combinación de la trufa con la suavidad de los boletus crea una explosión de sabor umami difícil de olvidar.
  • Croqueta de gambas al ajillo: Fusión perfecta entre el aroma del ajo y el intenso sabor del marisco, una de las favoritas de los paladares exigentes.
  • Croqueta de carrillera al vino tinto: Suave y cremosa, esta croqueta es un homenaje a los guisos tradicionales.
  • Croqueta de foie y manzana caramelizada: Un bocado de alta cocina que combina el sabor graso del foie con el dulzor de la manzana.
  • Croqueta de rabo de toro: Intensa, jugosa y con un toque de vino tinto que resalta su carácter.
Innovadoras y sorprendentes

Aquí entramos en el territorio de la creatividad sin límites, donde la croqueta deja de ser solo un entrante y se convierte en toda una experiencia.

  • Croqueta de chocolate y avellanas: Una reinvención dulce que rompe todos los esquemas y sorprende a los más escépticos. Y si quieres una croqueta que te deje sin palabras, prueba la croqueta de oreo con chocolate blanco que tenemos en Solo de Croquetas. ¡Una explosión de sabor!
  • Croqueta de arroz con leche: Un postre disfrazado de croqueta, con un interior sedoso y un toque de canela.
  • Croqueta de morcilla con manzana: Una combinación explosiva entre el sabor intenso de la morcilla y el frescor de la manzana.

Las croquetas han trascendido la simple idea de un bocado de aprovechamiento para convertirse en pequeñas obras de arte. Clásicas o innovadoras, tradicionales o atrevidas, cada croqueta es un universo de sabor.

Dilema moral: ¿Croqueta con tenedor o con las manos?

Si hay algo que genera más debate que el punto exacto de fritura de una croqueta, es la forma en que debe comerse. ¿Deben respetarse las normas de etiqueta y utilizar un tenedor o, por el contrario, debemos cogerla con los dedos y disfrutarla al máximo? La respuesta no es sencilla y cada bando tiene argumentos sólidos para defender su postura.

Comer con tenedor 

Para muchas personas, utilizar el tenedor es un signo de respeto por el plato. No solo evita ensuciarse los dedos con el rebozado y la bechamel caliente, sino que también permite disfrutar la croqueta con más control. 

Ventajas:
  • Evitas quemarte los dedos al coger una croqueta recién frita, una tragedia demasiado común jajaja.
  • Mantienes una imagen elegante en la mesa, especialmente en cenas formales o eventos donde la etiqueta es importante.
  • Evitas mancharte los dedos de grasa o de bechamel, algo especialmente útil si estás en una comida de trabajo o en una primera cita.
Desventajas:
  • Existe un gran riesgo de partir mal la croqueta y que su relleno se derrame en el plato, perdiendo parte de la magia.
  • Se pierde un poco la experiencia sensorial de sentir la textura crujiente con los dedos antes de morderla.
  • Requiere más esfuerzo y precisión, algo que no siempre es ideal si tienes mucha hambre.

Comer con las manos ✋

Por otro lado, hay quienes defienden que las croquetas están hechas para ser disfrutadas sin intermediarios. ¿Acaso alguien usa tenedor para comer una hamburguesa o un bocadillo? La experiencia de sostener la croqueta con los dedos y morderla directamente es, para muchos, parte del ritual.

Ventajas:
  • Es más cómodo y práctico, especialmente en un ambiente informal como un bar de tapas.
  • Te permite seleccionar estratégicamente la croqueta más grande del plato sin llamar demasiado la atención.
  • La conexión directa con la comida mejora la experiencia sensorial y hace que el bocado sea más satisfactorio.
Desventajas:
  • Riesgo alto de quemarte los dedos si la croqueta acaba de salir de la sartén.
  • Puedes dejar migas o manchas en la mesa, lo que no siempre es bien visto en ciertos entornos.
  • En comidas formales o en eventos más elegantes, puede percibirse como una falta de etiqueta.
¿Existe una solución intermedia?

Algunas personas han encontrado un punto medio: empezar con el tenedor para partir la croqueta en dos, dejar que el interior se enfríe un poco y luego coger la mitad con las manos. Otros optan por la técnica del palillo en croquetas de cóctel, que mantiene la limpieza sin perder la esencia de comerla con las manos.

Al final, la elección depende del contexto y de la preferencia de cada uno. Si estás en casa, ¡adelante, usa las manos sin culpa! Pero si estás en un restaurante elegante, tal vez el tenedor sea la opción más acertada. Lo que está claro es que, independientemente de cómo la comas, lo más importante es disfrutarla.

Formas de disfrutar una croqueta española

Las croquetas son una de las delicias más versátiles de la gastronomía española. No solo por su diversidad de sabores, sino también por la cantidad de formas en que se pueden disfrutar. Desde el clásico tapeo en un bar hasta maridajes gourmet, hay muchas maneras de hacer que la experiencia croquetera sea aún más especial.

1. Acompañada de una buena salsa

Aunque una croqueta bien hecha no necesita nada más, algunas salsas pueden potenciar su sabor y llevarla a otro nivel. La clásica mayonesa de ajo, una alioli suave o incluso una salsa de queso azul pueden crear combinaciones explosivas.

2. En un bocadillo o montadito

Sí, puede sonar sorprendente, pero una croqueta dentro de un bocadillo es una gran idea. En algunos bares de España es común ver bocadillos de croquetas con lechuga y tomate, o incluso combinadas con jamón ibérico o queso fundido.

3. Maridada con una buena bebida

La elección de la bebida correcta puede hacer que una croqueta sepa aún mejor. Un vino blanco seco resalta los sabores de una croqueta de marisco, mientras que un tinto joven acompaña perfectamente a una croqueta de carne como la de rabo de toro. Si prefieres cerveza, una lager suave es ideal para las croquetas clásicas, mientras que una IPA puede realzar croquetas más especiadas o con queso intenso.

4. En una cata de croquetas

Si no puedes decidirte por un solo sabor, una cata de croquetas es la solución perfecta. Degustar diferentes variedades, desde las clásicas de jamón y bacalao hasta opciones innovadoras como chipirones y brownie, es una experiencia única que puedes vivir en Solo de Croquetas. Además, puedes organizar una cata en casa con amigos, combinando tus sabores favoritos y salsas para untar.

¡Con ganas de más? ¿Únete a nuestra familia de Crewqueter@s para más cotilleo, descuentos y sorpresas!

Comparte la entrada
WhatsApp
Facebook
Twiter
Scroll al inicio

¿Quieres un 15% de descuento?

Únete a los CREWQUETER@S y recibe en tu email super ventajas exclusivas.