Las croquetas españolas son como los chistes malos de tu tío en la cena de Navidad: nunca faltan y siempre te sacan una sonrisa jajaja. Da igual que las hayas comido mil veces, siempre hay hueco para una más. Es el plato estrella que une generaciones, despierta debates acalorados (¿de jamón o chorizo?) y tiene la capacidad de desaparecer misteriosamente del plato en segundos.
Y si todavía dudas de que las croquetas españolas son las mejores del mundo, sigue leyendo. Aquí te contamos por qué son insuperables, cuáles son las más típicas según la región, cómo han evolucionado desde la cocina de aprovechamiento hasta la alta gastronomía y, por supuesto, dónde puedes comprar las mejores. (Spoiler: en Solo de Croquetas 😉).
Aquí va una lista con argumentos de peso y de sabor que demuestran por qué nadie le gana a las croquetas españolas:
Nada supera esa bechamel suave y cremosa que te hace cerrar los ojos de placer. No es solo una croqueta, es una experiencia sensorial. Es como un abrazo de abuela en forma de comida.
El secreto de una buena croqueta está en la textura: no puede ser demasiado líquida (o se deshace al freírla) ni demasiado espesa (o te quedará seca). Ese equilibrio perfecto entre cremosidad y firmeza es lo que distingue a una croqueta buena de una meh.
Si preguntas a diez familias cómo hacen las croquetas, obtendrás diez respuestas diferentes. Pero hay algo en lo que todas coinciden: las suyas son las mejores. Y lo peor es que todas tienen razón.
Hay quien usa leche entera, otros prefieren mezclar leche con caldo y algunos optan por la leche sin lactosa.
Algunos las rebozan solo una vez, otros hacen doble rebozado para extra crujiente.
Están los que usan jamón en taquitos y los que lo prefieren bien picado.
Sea como sea, lo importante es que siempre saben a casa.
Jamón, bacalao, setas, rabo de toro, chistorra, morcilla, queso azul, gambas al ajillo… ¡Cualquier cosa se puede convertir en croqueta!
Pero no solo eso, hoy en día hay croquetas de sabores que ni imaginabas:
Croquetas de cocido madrileño.
Croquetas de cachopo (sí, existe).
Croquetas de paella.
Croquetas dulces, como las de chocolate o tarta de queso.
Si alguien alguna vez pensó que la croqueta era aburrida, claramente no ha visto el menú de Solo de Croquetas. 😉
Si hay croquetas en la mesa, prepárate: se abre el modo competición.
¿Quién se lleva la última?
¿Quién tiene la técnica perfecta para que no se rompan al freír?
¿Es válido comerlas con las manos o hay que usar tenedor?
Las croquetas generan debates intensos, pero lo que está claro es que nadie se resiste a ellas.
Las croquetas no solo alimentan, crean recuerdos. Son las que hacía tu abuela, las que preparas con tu madre, las que le das a tus hijos.
Y es que las croquetas son parte de la historia de cada familia española. Se aprenden a hacer viendo a las madres y abuelas remover la bechamel sin parar, probando la masa aún caliente y aprendiendo el arte del rebozado perfecto.
Cada zona tiene su forma especial de hacer croquetas y aquí van algunas de las más populares:
Madrid: La clásica croqueta de jamón ibérico es un must. Si no lleva buen jamón, ni la mires.
Galicia: Aquí las hacen con marisco, especialmente con centollo o mejillones. Un manjar.
Andalucía: Las de rabo de toro o pringá (mezcla de carne de puchero) son lo más.
Cataluña: Croquetas de calçots, butifarra o incluso de esqueixada de bacalao. Innovación pura.
Castilla y León: Croquetas de queso zamorano o morcilla de Burgos. ¡Explosión de sabor!
País Vasco: Las de chipirones en su tinta son una auténtica locura.
Cada región tiene sus propias croquetas, pero todas comparten una cosa en común: están buenísimas. Ah y si no lo sabías, en Solo de Croquetas tenemos un sabor de croqueta por cada comunidad autónoma. Desde cachopo Asturiano hasta Zarangollo Murciano.
Aunque su origen está ligado a la cocina de aprovechamiento, las croquetas han sabido evolucionar hasta convertirse en un plato digno de la alta gastronomía. Para entender mejor esta transformación, aquí van cinco diferencias clave entre las croquetas tradicionales y las croquetas gourmet:
Ingredientes:
En la cocina de aprovechamiento, las croquetas suelen hacerse con restos de guisos o carnes, maximizando el uso de ingredientes caseros.
En la alta cocina, se utilizan ingredientes selectos como trufa, foie, bogavante o queso azul para crear combinaciones sofisticadas.
Textura y elaboración:
Las croquetas caseras buscan una bechamel densa pero cremosa, con una textura reconfortante.
En la alta gastronomía, se trabajan las texturas de forma más precisa, logrando rellenos que pueden ser incluso líquidos en su interior, creando una explosión de sabor.
Técnicas de rebozado y fritura:
La croqueta tradicional suele empanarse con pan rallado y freírse en aceite de oliva.
Las croquetas gourmet pueden usar técnicas innovadoras como rebozados con panko, frutos secos o incluso coberturas de tinta de calamar para darle un toque distintivo.
Presentación y emplatado:
En casa, las croquetas suelen servirse en una bandeja acompañadas de una ensalada o una salsa sencilla.
En restaurantes de alta cocina, pueden presentarse en vajillas de diseño, con espumas, salsas reducidas o decoraciones que realzan su aspecto visual.
Creatividad y experimentación:
Las croquetas tradicionales respetan recetas familiares que han pasado de generación en generación.
La alta gastronomía apuesta por innovaciones constantes, combinando ingredientes inesperados y reinventando la receta clásica.
Ambas versiones tienen su encanto y, lo mejor de todo, es que ¡las croquetas no discriminan! Tanto las caseras como las gourmet tienen su momento y su público
Si no tienes tiempo (o ganas) de ponerte a hacer croquetas, en Solo de Croquetas tienes las mejores opciones listas para disfrutar y con envío a toda la península. Hechas con ingredientes de calidad, sabores sorprendentes y ese toque casero que hace que nadie sospeche que no las hiciste tú. 😏
Algunas de sus opciones más irresistibles:
Croquetas de jamón ibérico (las clásicas que nunca fallan).
Croquetas de bacalao al ajoarriero (saborazo puro).
Croquetas de chorizo (para los amantes del power).
Croquetas de rabo de toro (una locura de sabor).
Y muchas más… (aunque cuidado, son altamente adictivas).
No importa si las prefieres clásicas o más creativas, de aprovechamiento o de alta cocina. Las croquetas españolas son un símbolo de felicidad y unión.
Porque al final, una croqueta bien hecha es más que una simple tapa: es un recuerdo, una tradición, un momento de placer.
Y si después de leer esto te ha entrado antojo, no te preocupes: En Solo de Croquetas tienes todo lo que necesitas. Porque si hay algo mejor que una croqueta, es una croqueta lista para comer. 😏
Solo de croqueta ha compartido en redes sociales su creación, de 2,70 metros de longitud y 50 kilos de peso.
Cada 16 de enero se celebra el Día Internacional de la Croqueta, y para celebrarlo te contamos algunos datos curiosos sobre las tendencias a la hora de comer estas pequeñas delicias.
Un auténtico paraíso de las croquetas con más de 30 sabores diferentes, enamora a cientos de personas en Madrid y toda España.
Todas nuestras croquetas son sin gluten. Sí, sí, has leído bien. ¡Todas! Más de 30 tipos de croquetas sin gluten.
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