Hacer croquetas: Un ritual de inicio a fin
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Depende del día y del nivel de harina que acabe en tu pelo, hacer croquetas podría considerarse un ritual, de esos que, según como lo vivas, puede relajarte o sumarte estrés, jajaja. Pero más allá de eso, hacer croquetas tiene algo especial. Es una experiencia casi filosófica que combina paciencia, creatividad y, por qué no, un poco de locura.
Ya te he compartido recetas de croquetas antes, pero esta vez, vamos a hablar de este arte paso a paso tal cual un ritual. Desde cómo se hacen las croquetas, hasta lo que representan y cómo este proceso puede transformar cualquier tarde en un momento inolvidable. Y claro, con un poco de humor para no perder la chispa. ¡Vamos a ello!
El "mise en place": Prepárate para hacer croquetas
Hacer croquetas comienza con el “mise en place”, que en francés significa “poner en su lugar”. Este paso, aunque parece simple, es muy importante. Tener todos los ingredientes listos y organizados es como alistarte para una gran aventura en la cocina. Piensa en esto como si fueses a preparar tu armadura antes de una batalla. Harina en su bowl, huevos alineados como soldados, pan rallado esperando en un plato y la bechamel lista formar las croquetas.
Organizarse antes de cocinar también tiene un efecto positivo en la mente. No solo evitarás el caos en la cocina, sino que también crearás un entorno que fomenta la concentración y el buen humor. Y no subestimes lo satisfactorio que es ver todo en su lugar antes de empezar. Si tienes niños en casa, este también es un momento ideal para involucrarlos y enseñarles un poco sobre la importancia de la preparación.
Consejo: pon música de fondo. Algo relajante o tu playlist favorita. Crear una atmósfera agradable convierte este primer paso en algo casi meditativo. Y recuerda: cuanto más organizad@ estés, menos harina acabará en tu pelo. Aunque, si terminas con harina en la cara, ¡aprovecha para un selfie croquetero! jajajaja
La bechamel: El corazón de la croqueta
La bechamel no es solo un ingrediente; es la base sobre la que se construye toda la experiencia croquetera. Si está bien hecha, tus croquetas serán increíbles. Si no, bueno… digamos que serán recordadas por otros motivos.
Pero antes, hablemos un poco de la historia de la bechamel. Se originó en Francia, pero ha sido adoptada y adaptada por muchas culturas alrededor del mundo. Su textura cremosa y su versatilidad la convierten en un ingrediente estrella en muchas recetas, no solo en croquetas.
La paciencia es clave aquí. Desde derretir la mantequilla hasta mezclar la harina y la leche poco a poco, cada paso importa. Y sí, remover sin parar parece una tortura, pero piensa en esto como un ejercicio de brazos. ¡Ahí está tu sesión de gimnasio gratis del día! jajaja
Consejo práctico: Para evitar los grumos, utiliza un batidor de varillas y agrega la leche tibia en lugar de fría. Esto facilita que la mezcla sea uniforme.
El relleno: Donde empieza la magia
Ahora viene la parte más divertida: decidir qué relleno usar. Aquí puedes ser clásico o atrevido. Jamón, pollo, setas, queso azul… las posibilidades son infinitas. Piensa en esto como pintar un cuadro. Cada ingrediente es un color, y tú eres el artista.
Además, el relleno también cuenta una historia. Por ejemplo, las croquetas de cocido son un homenaje a la tradición española de no desperdiciar nada en la cocina. Mientras que las croquetas de espinacas y queso cabra reflejan una evolución hacia sabores modernos y más innovadores.
¿Sabías que existen croquetas de casi cualquier cosa? Como decimos en Solo de Croquetas: ¡Todo puede ser croqueta! Desde cocido hasta bacalao, pasando por queso y gambas. Algunas personas incluso experimentan con chocolate y si no me crees, mira la carta de Solo de Croquetas con más de 6 sabores de ¡Croquetas de postre!
Aquí tienes 10 ideas de rellenos innovadores:
Croquetas de trufa y queso manchego: Una mezcla sofisticada y aromática perfecta para ocasiones especiales.
Croquetas de calabaza y nuez moscada: Un sabor otoñal que combina dulzura y especias.
Croquetas de kimchi y cerdo desmenuzado: Inspiradas en sabores coreanos, para los amantes del picante.
Croquetas de chorizo y patata: Un giro a la clásica tortilla española, pero en forma de croqueta.
Croquetas de morcilla y manzana: La mezcla de lo salado y lo dulce lleva estas croquetas a otro nivel.
Croquetas de curry de lentejas: Una alternativa vegana con un toque exótico.
Croquetas de salmón ahumado y eneldo: Elegantes y con un sabor ahumado inconfundible.
Croquetas de queso brie y mermelada de higos: Perfectas para los que disfrutan del contraste dulce y salado.
Tip: Mezcla sabores inesperados. Por ejemplo, espinacas con queso de cabra. O aprovecha sobras: esa cena del día anterior puede convertirse en algo completamente nuevo.
El arte de dar forma a las croquetas
Llegamos al momento de darles forma. Cilíndricas, ovaladas, redondas… ¿Cuál es tu estilo? Aquí no hay reglas estrictas, solo creatividad. Lo importante es que el tamaño sea el adecuado para que se frían bien, ni muy grandes ni muy pequeñas. Aunque ya te digo que si tienes que elegir, las croquetas siempre un pelín más grandes jajaja.
Este paso también puede convertirse en una actividad terapéutica. Moldear la masa con las manos es casi como trabajar con arcilla. Y si tienes niños o invitados, es una gran oportunidad para socializar mientras cocinan.
Pro tip: Mójate ligeramente las manos con agua fría para evitar que la masa se pegue. Y si las haces con alguien más, ¡puedes convertir esto en una competición amistosa para ver quién hace más croquetas en menos tiempo!
El rebozado: La magia del crujiente
Aquí está el trío mágico: harina, huevo y pan rallado. Este paso es lo que le da a las croquetas ese exterior dorado y crujiente que todos amamos. Asegúrate de cubrirlas bien en cada paso.
El rebozado también tiene su ciencia. Algunos chefs añaden una capa extra para mayor crujiente: harina, huevo, pan rallado, otro huevo y otra capa de pan rallado. ¿Demasiado? Tal vez, pero para los amantes del crunch, vale la pena intentarlo. Aquí tienes más tips para el crunchy perfecto.
Consejo extra: Usa una mano para el huevo y otra para el pan rallado. Esto evita que termines con una mezcla pegajosa en las dos manos que luego será muy estresante quitar jajajaja. Y claro, ¡No escatimes en pan rallado!
El momento de la verdad
La primera croqueta que pruebas es la parte más sagrada del ritual. Si todo salió bien, es motivo de celebración. Si algo salió mal… bueno, siempre puedes culpar al aceite jajajaja, a Mercurio retrógrado o a tu prima que te ayudó a mezclar los ingredientes.
Y recuerda que hacer croquetas es más que cocinar; es una manera de valorar la tradición, dar amor y conectar con quienes compartes la mesa.
Hacer croquetas en equipo
Hacer croquetas en grupo es una excusa perfecta para reunir amigos o familiares. Reparte tareas: uno hace la masa, otro reboza, otro fríe. Y, claro, alguien tiene que probarlas “por si acaso”.
Pon buena música, sirve unas bebidas y convierte la cocina en una fiesta. ¡Risas aseguradas! Además, puedes aprovechar para contar anécdotas o tradiciones familiares relacionadas con la comida.
Aquí tienes 6 ideas para tu tarde de hacer croquetas en grupo:
Competencia de croquetas: Divide el grupo en equipos y ve quién hace las croquetas más rápido, más uniformes o más creativas.
Croquetas temáticas: Asigna un tema a cada equipo (sabores internacionales, dulces, etc.) y deja que se inspiren.
Mesa de decoración: Para un toque divertido, incluye ingredientes para decorar las croquetas antes de freírlas (formas curiosas, rellenos coloridos, etc).
Reto de rebozado: Ve quién consigue el rebozado más crujiente con técnicas distintas o capas extras.
Cata a ciegas: Una vez listas, organiza una degustación ciega para elegir las mejores croquetas de la noche.
Historias mientras se cocina: Cada persona comparte una anécdota relacionada con la cocina o con algún recuerdo familiar mientras prepara.
Así, no solo harán croquetas, sino también recuerdos inolvidables con tus amigos y/o familia. Todos sabemos que eso es lo mejor de la cocina y la comida.
El poder del reciclaje
Las croquetas son perfectas para aprovechar sobras. Pollo, pescado, verduras… todo puede ser croqueta. Es una gran forma de dar una segunda vida a tus platos favoritos.
¿Sabías que este concepto de “aprovechar” es parte de la filosofía culinaria en muchas culturas? En Japón, por ejemplo, se valora mucho el uso completo de los ingredientes en la cocina.
Aquí tienes 6 ideas de los mejores platillos para convertir en croquetas:
Paella: Aprovecha el arroz y el marisco sobrante para unas croquetas llenas de sabor mediterráneo.
Pulpo a la gallega: Convierte este clásico plato gallego en unas croquetas con un toque especial de pimentón.
Cocido madrileño: Ideal para reutilizar los garbanzos, la carne y las verduras en una croqueta muy reconfortante como el cocido de la abuela.
Tortilla de patatas: Una forma muy original de dar una nueva vida a los restos de tortilla.
Carrilleras al vino tinto: Un relleno meloso y sabroso perfecto para croquetas gourmet.
Verduras al curry: Un toque exótico que combina perfectamente con la textura cremosa de la bechamel.
El "batch cooking" croquetero
Si haces croquetas, haz muchas porque ya que estás en ello, es mejor aprovechar jajaja.
Aquí tienes 5 tips para congelar y mantener la calidad:
Congélalas antes de freír: Esto ayuda a que mantengan su forma y no se deshagan al cocinarlas.
Usa bandejas planas: Coloca las croquetas en una bandeja separadas unas de otras para que no se peguen. Una vez congeladas, puedes transferirlas a bolsas o recipientes herméticos.
Etiqueta y fecha: Siempre etiqueta las bolsas con la fecha de congelación y el tipo de croquetas para que sepas qué estás sacando del congelador.
Envases herméticos: Utiliza bolsas de congelación o recipientes que eviten la entrada de aire para prevenir quemaduras por congelación.
Descongelación adecuada: Si decides descongelarlas antes de freírlas, hazlo en la nevera durante unas horas para mantener su textura.
Además, tener croquetas listas para freír es como guardar un poco de felicidad en tu congelador. Nunca sabes cuándo lo necesitarás. Y si no quieres hacerlas, siempre puedes pedir tus croquetas favoritas de Solo de Croquetas para disfrutarlas en casa, tenemos envíos de croquetas congeladas a toda la península.
¡Ahora es tu turno!
Hacer croquetas es más que cocinar: es un arte, un ritual, y una oportunidad de compartir buenos momentos. Ya sea solo o en compañía, cada paso tiene su magia. ¡Y no olvides que las mejores croquetas son las que se hacen con amor… y con mucho pan rallado! 😜