Croquetas que nadie se ha atrevido a hacer (hasta ahora)

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Hay croquetas… y luego hay croquetas que desafían las leyes de la lógica, el buen gusto y hasta la física culinaria.

Porque si algo hemos aprendido en Solo de Croquetas es que los límites del croquetismo no existen.
Lo que empezó con jamón y bechamel ha evolucionado hasta sabores como cachopo, tarta de queso o incluso oreo. Y aún así, seguimos con hambre de más.

Así que hoy venimos a jugar fuerte: las croquetas que nadie se ha atrevido a hacer (todavía).
Algunas suenan deliciosas, otras rozan la locura… pero todas tienen ese “¿y si…?” que puede cambiar la historia gastronómica.

Prepárate para reír, flipar y —quién sabe— inspirarte para el próximo hit de tu carta.

Croqueta de churros con chocolate

Ya existen croquetas dulces, pero esta sería la croqueta reina del desayuno español.

Por fuera: crujiente como un churro.
Por dentro: crema de chocolate fundente.
Encima: un toque de azúcar y canela.

La combinación perfecta para acompañar un café, o para comértela directamente en pijama un domingo viendo Netflix.

Es el tipo de croqueta que ni tu abuela aprobaría… pero luego pediría la receta.

Croqueta de gintonic

Para los amantes del aperitivo, llega la versión afterwork croquetera.
Una croqueta con base de limón, enebro y un toque de ginebra.
¿Loco? Sí. ¿Delicioso? Probablemente también.

La imagino como una croqueta ligera, cítrica y fresca, ideal para servir entre copas.
Y si la acompañas con una reducción de tónica caramelizada… el croquetismo sube de nivel

Croqueta de ramen

Japón se une a España en una fusión que haría llorar de felicidad a cualquier foodie.
Una croqueta rellena de caldo concentrado de ramen, fideos finos y trocitos de panceta o tofu.

El interior sería cremoso, sabroso y con ese toque umami que solo el ramen tiene.
Y por fuera, claro, el crujiente español de toda la vida.

Es la croqueta que podría poner de acuerdo a Asia y Europa.
Y si se sirve con palillos, ya coronamos el crossover.

Croqueta de guacamole

Vale, esta suena tan loca como prometedora.
Una bechamel ligera mezclada con aguacate, lima, cilantro y trocitos de tomate.
Una croqueta cremosa, fresca y con sabor mexicano.

El toque de limón contrasta con el rebozado caliente, y el resultado sería un snack de verano perfecto.

Imagínatela con un margarita al lado y una terracita al sol.
Croqueta + guacamole = revolución.

Croqueta de tortilla de patatas

La pregunta es: ¿demasiado española o demasiado perfecta?
Porque si juntas dos iconos nacionales en una sola croqueta, probablemente abres un portal gastronómico.

Por dentro, la jugosidad de la tortilla.
Por fuera, el crujiente del rebozado.
Conclusión: España se detiene durante un minuto para aplaudir.

Y si encima la haces con cebolla caramelizada… boom, himno nacional.

Croqueta de palomitas

Sí, has leído bien.
Una croqueta hecha con crema de maíz y trocitos de palomitas saladas dentro.
Crujiente, dulce-salada, y perfecta para ver películas en modo croquetero.

Podría ser el nuevo snack de cine.
Y lo mejor: no suena ni la mitad que abrir una bolsa de palomitas.

Slogan imaginario: “Ven por la peli, quédate por las croquetas.”

Croqueta de colacao con galletas

El desayuno de la infancia convertido en fantasía frita.
Por dentro, crema de colacao con trocitos de galleta María.
Por fuera, pan rallado fino con un toque de cacao espolvoreado.

Una croqueta que huele a nostalgia, a recreo, a merienda en casa de la abuela.
Y encima… ¡sin necesidad de vaso!

Advertencia: produce dependencia emocional.

Croqueta de sushi

Mitad Japón, mitad España.
Imagina un interior con arroz avinagrado, salmón y un poco de wasabi.
Por fuera, rebozado clásico español.

Crujiente y cremoso, pero con alma asiática.
La croqueta que los chefs del mundo querrían firmar.

 

💡 Extra idea: acompañarla con soja o mayonesa de jengibre.

Croqueta de gazpacho

Verano. Calor. Croqueta fría.
Una bechamel ligera con tomate, pepino, pimiento y un toque de ajo.
Crujiente por fuera, refrescante por dentro.

La croqueta que se atreve a desafiar las estaciones.
Extra punto de locura: sírvela con un chupito de gazpacho de acompañamiento.

Croqueta de donuts

Sí, suena a exceso… y lo es.
Y aunque en Solo de Croquetas ya hubo croquetas con forma de donut, no fue exactamente a lo que nos referimos: una croqueta rellena de crema de donuts y glaseado por encima.
Un postre que haría llorar de felicidad a Homer Simpson.

Solo apta para valientes (y amantes del azúcar sin límites).

El futuro del croquetismo está por freír

Cada una de estas ideas suena a locura… hasta que alguien se atreve a hacerla.
Porque si algo tiene la croqueta es capacidad infinita de reinventarse.
Hoy es jamón, mañana puede ser gintonic, y pasado quizá ¡tarta de donuts con ramen!

Lo importante no es el relleno, sino la actitud: atreverse a croquetear sin miedo.

Así que ya sabes, si un día ves una croqueta que te parece imposible… pruébala.
Quizá estés presenciando el nacimiento de una leyenda. 😏

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