
Croquetas veganas: opciones sin huevo ni lácteos
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Sí, lo sabemos. La palabra “croqueta” te hace pensar en bechamel, jamón y leche entera. Pero… ¿y si te dijera que existen croquetas 100% veganas, sin huevo ni lácteos, que están igual o incluso más ricas que las de toda la vida?
Sí, amiga. Las croquetas también se han apuntado al modo verde.
Y no, no estamos hablando de un sucedáneo raro o de una versión triste de la original. Estamos hablando de croquetas cremosas, sabrosas, crujientes y totalmente plant-based.
Así que si eres vegano, intolerante a la lactosa, o simplemente te apetece comer más vegetal sin renunciar al placer… este post es para ti
La revolución verde también llegó a las croquetas
Durante años, las croquetas parecían territorio exclusivo de los lácteos y las proteínas animales. Pero los tiempos cambian —y el paladar también.
Hoy hay chefs, marcas (hola 👋) y restaurantes que han conseguido lo impensable: croquetas sin leche, sin mantequilla, sin huevo… y con todo el sabor.
¿Cómo lo hacen? Con creatividad, ciencia culinaria y un objetivo claro: que al morder una croqueta vegana no eches nada de menos.
Porque la croqueta es más una actitud que una receta.
Y la actitud no lleva leche.
La bechamel vegana: el alma del asunto
Si la croqueta tradicional vive de su bechamel, la croqueta vegana vive de su magia vegetal.
Para conseguir esa textura cremosa y ese sabor tan irresistible, hay que cambiar algunos ingredientes, pero el resultado puede ser incluso más ligero y digestivo.
Cómo se hace una bechamel vegana:
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Leche vegetal: puede ser de avena, soja, almendra o incluso arroz. La de avena es la más cremosa.
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Aceite de oliva o margarina vegetal: sustituye a la mantequilla.
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Harina de trigo (o sin gluten si quieres versión GF): para espesar.
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Nuez moscada, sal y pimienta: los clásicos que nunca fallan.
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Y el toque secreto: un poco de levadura nutricional o miso blanco para darle ese sabor “umami” que recuerda al queso o al jamón.
Truco de chef: si quieres que la textura sea todavía más cremosa, mezcla dos tipos de leches vegetales. Avena + soja = éxito asegurado.
Rellenos veganos que son un escándalo
Una vez tienes la base, el relleno es donde empieza la fiesta.
Y aquí no hay límites, porque el mundo vegetal es infinito. Te dejo algunas ideas que lo están petando:
Croquetas de espinacas y piñones
Un clásico que nunca pasa de moda. Cremosas, verdes y con ese toque crujiente del piñón tostado.
Croquetas de setas y trufa
Puro sabor gourmet. La mezcla del aroma de trufa con las setas salteadas es, literalmente, un lujo croquetero.
Croquetas de cebolla caramelizada y queso vegano
Sí, hay quesos veganos que funden (y muy bien). El contraste entre dulce y salado es una locura.
Croquetas de pimientos asados y hummus
Una explosión mediterránea. Sabores intensos, textura suave y color rojo que enamora.
Croquetas de berenjena y ajo negro
Para los foodies más valientes. El ajo negro aporta un sabor profundo y dulce, casi balsámico.
Croquetas de boniato y curry
Si te va lo exótico, estas son tus croquetas. Dulces, picantes y con un rebozado crujiente de panko.
Bonus: también puedes usar lentejas, garbanzos, tofu o tempeh. Lo importante es jugar con texturas y sabores.
El rebozado: sin huevo, pero con mucho arte
Otro reto clásico: ¿cómo rebozar croquetas sin huevo?
Fácil. Te dejo las tres mejores alternativas (probadas y aprobadas):
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Harina de garbanzo + agua: crea una mezcla espesa que se comporta como el huevo.
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“Leche” vegetal + harina: perfecta para un rebozado más suave.
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Semillas de lino o chía: al mezclarlas con agua se vuelven gelatinosas y actúan como pegamento natural.
Después, pásalas por pan rallado o panko (sí, hay opciones sin huevo también) y fríelas o hornéalas.
El resultado: crujientes por fuera, cremosas por dentro, y cero animales implicados.
Croquetas veganas que no parecen veganas (y eso es un cumplido)
El mejor cumplido que puede recibir una croqueta vegana es este:
“¿Seguro que esto no lleva leche?”
Y pasa mucho. Porque cuando están bien hechas, no hay diferencia.
De hecho, las croquetas veganas tienen algunas ventajas extra:
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Son más ligeras.
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Se digieren mejor.
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No producen intolerancias.
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Y, por si fuera poco, ayudan al planeta.
Así que no, no son una moda pasajera. Son una evolución natural del croquetismo.
Maridajes croqueteros versión vegana
Las croquetas veganas también se pueden acompañar con estilo.
Algunas ideas que funcionan de 10:
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Croquetas de setas + vino tinto joven.
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Croquetas de pimientos + cerveza artesanal.
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Croquetas de boniato y curry + kombucha de mango.
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Croquetas de queso vegano + vino blanco afrutado.
Y si quieres algo más “healthy-chic”, acompáñalas con una ensalada fresca, hummus o una crema fría de aguacate.
Ser vegano no es renunciar, es descubrir
Si algo demuestran las croquetas veganas es que no necesitas leche, mantequilla ni jamón para disfrutar.
La cocina vegetal puede ser tan sabrosa, cremosa y reconfortante como la tradicional… solo que más ligera, más ética y más sostenible.
Así que la próxima vez que alguien te diga “las croquetas sin leche no pueden estar buenas”, invítale a probar una.
Y cuando te mire con esa cara de sorpresa después del primer bocado, sonríe y di:
“Te lo dije. El croquetismo no tiene límites.” 😏
Porque al final, seas carnívoro, veggie o lo que sea, todos buscamos lo mismo: ese momento de felicidad crujiente que solo una buena croqueta (vegana o no) puede darte.