Las primeras veces casi siempre son un horror.

Digo “casi” porque la primera vez que sales sin que tus padres te pongan hora, es un PASOTE. 😏

A mí se me hizo de día subida a un carro de Mercadona, mientras me comía un kebab. Con pan de pita.

primera croqueta

Pero eso eran otros tiempos.

Y, oye, la primera vez que llegas a casa a esa hora y coges la camita, tampoco está nada mal… Jejejejeje.

¿Pero qué me dices de la primera declaración de la renta?

O de la primera vez que te rompen el corazón.

O de la primera vez que intentas hacer croquetas (si es que has hecho), porque fácil NO es.

Yo, en esta ocasión, fui de lista. Lo reconozco.

Siempre llegaba a casa de mi abuela cuando ya tenía hecho el relleno de sus croquetas.

“Maldita sea. ¿Cómo hará esa masa?. Tengo que averiguarlo”

¿Qué tal si preguntas, por ejemplo?

Pues no. Yo cogí un libro de casa y busqué la receta de la bechamel:

Mantequilla, harina, leche y nuez moscada.

Ñeh. Facilísimo. Lo sabía.

Y allá que fui.

A hacer unas croquetas solo con bechamel.

Pero… ¿Eran de jamón? ¿De pollo? ¿De bacalao?

Nada. Solo bechamel.

primera croqueta

Un aplauso para mini Carmen, segurísima ella de que lo iba a petar con sus primeras croquetas de… NADA. 😅

A día de hoy, soy plenamente consciente de que me faltaban ingredientes. Por ese lado hemos evolucionado favorablemente.

Pero no me pidas que te haga unas.

Efectivamente. Soy un cuadro.

Yo, las croquetas, prefiero zampármelas.

En un carro de Mercadona, o donde sea. Pero zampármelas. ✌🏼️

Carmen “after hour”
Equipo Solo de Croquetas

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CARMEN NO ESTÁ

No me había presentado todavía, pero aprovecho que Carmen no está para contarte como llegué aquí. Sigue leyendo porque es una historia guay.

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