Qué croqueta eres según tu espíritu navideño

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La Navidad no solo se celebra.
La Navidad se siente.

Hay quien empieza a cantar villancicos en noviembre, quien pone el árbol el 8 de diciembre como si fuera un ritual sagrado, quien vive en modo “comida continua” hasta Reyes… y quien solo quiere que todo acabe para volver a la normalidad (spoiler: esa persona también tiene croqueta asignada).

Porque igual que hay espíritus navideños distintos, hay croquetas que los representan a la perfección.
Así que prepárate: hoy vamos a descubrir qué croqueta eres según cómo vives la Navidad.
Y sí, te vas a reconocer. Mucho.

El espíritu clásico: tradición, familia y croqueta de jamón

Si para ti la Navidad es sinónimo de mesa larga, abuela mandando, cuñados discutiendo y “esto se ha hecho así toda la vida”…
Enhorabuena: eres una croqueta de jamón ibérico.

Eres el alma de las fiestas.
No necesitas reinventarte, porque cuando apareces, todo el mundo sonríe.
Gustas a todas las edades, no generas polémica y siempre eres bien recibido.

Eres esa persona que llega puntual, que trae vino “del bueno” y que sabe exactamente cuántas croquetas hacen falta para que nadie se quede con hambre (spoiler: siempre más de las que pensabas).

No gritas Navidad, pero la sostienes.
Como la croqueta de jamón: eterna, respetada y absolutamente imprescindible.

El espíritu gourmet: luces cálidas, mantel bonito y croqueta de trufa

Si te encanta la Navidad, pero con estilo, tú no pones cualquier cosa en la mesa.
Tú eliges bien.
Tú cuidas los detalles.
Tú eres de “poca cantidad, pero mucha calidad”.

Tu croqueta es clara: croqueta de boletus con trufa.

Eres esa persona que sabe qué copa usar, que coloca las velas con intención y que dice frases como “esta combinación es muy equilibrada”.
No te gusta el caos navideño, te gusta la armonía.

Disfrutas de la Navidad como quien disfruta de un buen restaurante: sin prisas, con conversación y con sabores intensos pero elegantes.
Tu croqueta no necesita gritar.
Aromatiza la sala antes incluso de llegar a la mesa.

El espíritu fiestero: risas, brindis y croqueta potente

Si para ti la Navidad es sinónimo de fiesta, de “una más y nos vamos” (mentira), de risas que acaban a las tres de la mañana y de sobremesas eternas…
Tú eres una croqueta potente.

Puede ser de cachopo, de sobrasada con queso de Mahón o de chistorra a la sidra.
Una croqueta con carácter.
Una croqueta que entra fuerte y se recuerda.

Eres el alma del grupo.
El que propone juegos, el que anima la mesa, el que siempre acaba cantando villancicos versión remix.

No pasas desapercibido, ni lo pretendes.
Como tu croqueta: intensa, sabrosa, contundente y perfecta para acompañar con otra copa.

El espíritu dulce: emoción, nostalgia y croqueta de turrón

Si la Navidad te toca la patata.
Si te emocionas con los reencuentros.
Si el postre es tu momento favorito y los recuerdos te saben a infancia…
Tú eres una croqueta dulce.

Y no cualquier croqueta dulce.
Eres croqueta de red velvet, de brownie o de crema catalana.

Eres sensibilidad pura.
Te encanta compartir, regalar cosas hechas con cariño y cuidar a los tuyos.
Para ti, la Navidad no va de lujo ni de cantidad, va de sentir.

Tu croqueta es cálida, reconfortante, inesperada.
Y cuando alguien la prueba, sonríe sin saber muy bien por qué.

Porque hay sabores que no solo alimentan.
También abrazan.

El espíritu moderno: creatividad, risas y croqueta inesperada

Si eres de los que dicen:
“Vale, la Navidad está bien… pero vamos a hacer algo diferente.”

Si te gusta innovar, sorprender y romper un poco las reglas.
Si te ríes de las tradiciones mientras las disfrutas.
Tú eres una croqueta original.

Croqueta de soja al curry, de callos con kimchi, de pizza, hot dog, o incluso una croqueta dulce que nadie veía venir.

Eres la persona que trae algo nuevo a la mesa y provoca comentarios tipo:
—¿Pero esto qué es?
—No sé… pero dame otra.

Tu espíritu navideño no es clásico ni solemne.
Es juguetón, curioso y muy actual.
Como tu croqueta: inesperada, divertida y absolutamente adictiva.

El espíritu Grinch (sí, también cuenta): croqueta sencilla, pero necesaria

Y luego estás tú.
El que dice que la Navidad es un invento del marketing.
El que se queja del frío, de los compromisos y de las luces.

Pero aquí viene el plot twist:
aunque lo niegues… también disfrutas de las croquetas.

Tu croqueta es sencilla: de pollo, de queso suave, de bechamel cremosa.
Nada extravagante.
Nada exagerado.

Eres práctico, directo y honesto.
No haces drama, pero cuando te sientas a la mesa, comes. Y bien.

Porque aunque reniegues del espíritu navideño, en el fondo sabes que una croqueta caliente en diciembre no se rechaza jamás.

Esta Navidad, todos somos una croqueta

Da igual si eres clásico, gourmet, fiestero, dulce, moderno o un poquito Grinch.
En Navidad, todos encontramos nuestro sitio alrededor de la mesa.
Y todos, absolutamente todos, tenemos una croqueta que nos representa.

Porque las croquetas son como las personas:

  • Algunas son tradicionales

  • Otras intensas

  • Otras sorprendentes

  • Otras reconfortantes

Pero todas tienen algo en común:
cuando están bien hechas, hacen felices a los demás.

Así que esta Navidad no te preguntes solo qué vas a comer.
Pregúntate:

¿Qué croqueta soy yo este año?

Y luego sírvete otra. Por si acaso. 😏

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